Ciudad de México.- Por muchos años se confió en la
viabilidad de las presas artificiales para el abasto de agua. Pero la anterior
medida, además de atentar contra la topografía natural, requiere de una enorme
infraestructura, que a largo plazo es muy costosa: imagina el mantenimiento que
requieren las mega tuberías que recorren el subsuelo para alimentar a una
megápolis como la Ciudad de México. El uso de presas es aún más obsoleto, si se
piensa en el agua de lluvia desperdiciada. Por esto, ecologistas pugnan por
transformar el modelo de abasto de agua: la captación de agua puede hacerse
desde cada hogar.
En el ámbito universitario ya habían
surgido distintas propuestas sobre qué hacer con respecto a esta problemática
en el DF, desde el proyecto Cosecha de agua de lluvia, presentado por la Universidad Autónoma
Metropolitana (UAM), hasta las investigaciones para generar electricidad
mediante turbinas movidas por la lluvia.
Esta vez, una nueva iniciativa de ley en
la Ciudad de México (La Ley de Agua y Sustentabilidad Hídrica), obligaría a que
las nuevas construcciones incluyan sistemas de captación de agua pluvial como
requisito para conseguir los permisos de edificación. Además otorgaría
incentivos fiscales, a quienes implementen la captación a sus espacios. Aunque
la ley aún deberá ser aprobada por la asamblea legislativa del Distrito
Federal, es la primera en su tipo en este país.
En México se desperdicia el 72% del agua
pluvial, según la ONG Fondo para la Comunicación y Educación Ambiental A.C, un
absurdo que podría eliminarse a partir de la transformación cultural y la
inserción, obligatoria, de sistemas de captación de agua. El creador de Isla
Urbana (Enrique Lomnitz) afirma que “un proyecto que monta sistemas de
captación de lluvia en zonas marginadas, asegura que la inversión en uno de
estos sistemas se recupera, gracias a la captación del líquido, en tan solo un
año”.
La mayor parte del agua de lluvia en las
ciudades mexicanas se desaprovecha en las cañerías, esta nueva ley podría
figurar una nueva etapa en la manera en que se concibe socialmente al vital
líquido. Aunque los proyectos hidrológicos de gran magnitud se gestan desde el
gobierno, la conciencia ciudadana sobre la viabilidad en la captación de agua
pluvial es todavía escaza. Afortunadamente, la cultura cambia, y en ocasiones,
algunas medidas legales aceleran el proceso: quizá esta iniciativa concrete uno
de estos acertados casos.
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