Este hogar no tiene dependencia alguna de las compañías eléctricas ni de combustibles
Dispone también de instalaciones fotovoltaicas, placas solares, un generador eólico, etc.
Madrid¿Se imaginan vivir en una casa que no toma la energía de la red? En los
tiempos que corren, un hogar que no tiene dependencia de las compañías
eléctricas ni de los combustibles fósiles (gas natural, gasóleo, etc.), no es
sólo sinónimo de ahorro, sino también de sostenibilidad.
En el este de la Comunidad de Madrid se encuentra Casa Martina, la primera vivienda de la región que basa todo su consumo en la producción propia a través de fuentes de energía renovables. Planificada por su propietario José Vaquero hace siete años
y habitada desde tan sólo año y medio, esta vivienda es la aproximación
más cercana al concepto de edificios de consumo de energía casi cero.
Su diseño forma parte del ahorro energético
Ya su diseño forma parte del ahorro en el consumo.
"Su orientación al sur, su aislamiento, las calidades en los materiales y
una enorme cristalera en el salón permiten aprovechar la luz solar,
convirtiéndola prácticamente en una casa pasiva que se apoya en la tecnología renovable", describe Vaquero.
Desde la concepción de Casa Martina, Alternativas Energéticas,
empresa adherida a la red EcoXpert de Schneider Electric e impulsora de
este proyecto, tuvo en cuenta los recursos capaces de cubrir las
necesidades energéticas básicas de la vivienda durante su vida útil.
Víctor Mouré, coordinador de esta red internacional, formada por más de
200 empresas bajo el paraguas de la eficiencia energética y adherida a
la red EcoXpert de Schneider Electric, resume así la filosofía de Casa Martina:
"Buscamos los watios no consumidos a través de medidas pasivas, como es
la orientación, o activas, con soluciones avanzadas respetuosas con el
medio ambiente".
Y lo han conseguido. En Casa Martina no es necesario abrir las
ventanas para ventilar las estancias, con el consiguiente ahorro de
energía. El aire circula y se renueva en su interior gracias a una unidad de tratamiento que, abastecida por un pozo canadiense (técnica consistente en una serie de tubos enterrados bajo la superficie por donde circula el aire), logra que la casa esté fresca en verano y cálida en invierno con un consumo muy bajo.
'El calor que desprende el frigorífico es transportado a la unidad de tratamiento'
Se trata de un intercambiador que aporta tanto calor como frío,
extrayendo también el aire de las zonas más recónditas de la vivienda,
donde se genera calor innecesario, como por ejemplo de la sala técnica
donde están los convertidores, o más curioso aún, de la parte trasera del frigorífico.
"El calor que desprende este electrodoméstico es transportado a la
unidad de tratamiento para su aprovechamiento térmico, lo que además de
reducir su consumo alarga su vida útil", cuenta Vaquero.
El suministro de agua también se ha tenido muy en cuenta. Una red de recogida de aguas pluviales y grises
(procedente de las duchas, lavabos y bañeras) abastece dos depósitos de
60.000 y 8.000 litros, respectivamente. Su aprovechamiento permite
llenar las cisternas de los inodoros y regar las zonas verdes y un
pequeño invernadero que tiene la vivienda.
Cuando no es suficiente con el calor generado por la renovación del aire, el suelo radiante, el agua caliente sanitaria e incluso la piscina climatizada de la vivienda se alimentan de los colectores de energía solar térmica. También ayuda a este cometido una bomba de calor geotérmica que
toma la energía de la tierra, concretamente de cuatro pozos de 90
metros, y que posibilita mantener una temperatura de confort en la
vivienda durante todo el año.
Disfruta de una minired propia alimentada por la energía producida por el campo solar
Finalmente, una instalación fotovoltaica de autoconsumo con
dos inversores de cinco y tres Kw inyecta en una minired propia, la
energía producida por el campo solar, con el fin de suministrar a las
cargas y aprovechar el excedente cargando las baterías de esta minired.
Potencia más que suficiente para abastecer la casa y la oficina situada
en la parcela contigua.
Por si eso fuera poco, Vaquero quiere seguir retando al pool eléctrico con la instalación de un generador eólico en la cubierta y un pequeño equipo de microcogeneración para
apoyar el sistema en los días más desfavorables del invierno y "cortar
cuanto antes el cable con la compañía eléctrica", cable que ya sólo
sirve para abastecer la vivienda en esos momentos.
Un proyecto que se ha realizado como una inversión en I+ D y sin ninguna subvención
Una instalación domótica para la gestión y el control basada
en la tecnología KNX hace el resto. Persianas motorizadas y con control
solar y sensores de presencia, temperatura e iluminación (el 95% de los
puntos de luz son de tecnología LED) conviertan a Casa Martina en un
hogar prácticamente autosuficiente. Un proyecto que se ha realizado como una inversión en I+ D y sin ningún tipo de ayuda o subvención.
Muy crítico con la reforma energética, que penaliza el autoconsumo, el propietario de este "búnker energético" reconoce ir en contra de cualquier sistema que pretenda poner un "impuesto al sol".
Vaquero se muestra tajante: "Si pretenden prohibirnos el derecho a
utilizar las energías renovables defendiendo unos intereses que no son
precisamente los del ciudadano y condenándonos a un retraso tecnológico
con respecto al resto de países que si están en esa carrera cometen un grave error".
"La tecnología existe y ya es muy accesible. Por lo
tanto el camino es claro, lleva a la autosuficiencia y al autoconsumo
total, y Casa Martina es el laboratorio que así lo demuestra", concluye
Vaquero.
*Fuente: El Mundo
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