• Revela investigación de economista de la UIA
La falta de un piso mínimo de acceso a la salud y a la seguridad social
genera una alta vulnerabilidad a caer en pobreza y a permanecer en ella,
dijo el doctor Isidro
Soloaga, académico de la Universidad Iberoamericana.
En
tanto que aquellos hogares que lograron salir de la situación de
pobreza regresan a ella, al experimentar choques de salud o de empleo y
carecer de protección
ante estos eventos, agregó el investigador del Departamento de
Economía.
La afirmación del economista parte de las conclusiones de su investigación
Evaluación de la dinámica de la pobreza y de la vulnerabilidad de los ingresos en México durante el período 2006-2010,
estudio a partir del cual recomienda que la política contra la pobreza
se enfoque en el establecimiento de programas del tipo “universales”,
así denominados porque abarcan a toda la población sin condicionar su
acceso.
En
ese sentido señaló que si bien esa característica es propia de los
programas del Seguro Popular y de Adultos Mayores, se debería lograr que
estos sirvan realmente
de acceso efectivo a servicios médicos de calidad, y que eleven la
pensión mínima para poder proteger de verdad a amplios segmentos de la
población.
Respecto
a los niveles de pobreza en México, Soloaga mencionó que su
investigación reveló que a 30 por ciento de la población en pobreza
crónica en 2008 se le sumó
13 por ciento que habiendo logrado salir de la pobreza en ese año
volvió a caer en ella en 2010. Otro 12 por ciento de los habitantes
logró mejorar su nivel de vida en ese período, lo que hizo en gran parte
porque tuvo acceso al sistema de salud de calidad
y a la seguridad social, ya que el contexto general de la economía fue
de estancamiento productivo.
En
tanto, hay casi un tercio de personas en situación de pobreza que no
son alcanzados por ningún programa social ni productivo, y es este grupo
de la población pobre
el que debería ser el foco de la política social más urgente, pero sólo
una parte de ellos está prevista de ser cubierta por la Cruzada
Nacional contra el Hambre (el eje de la política social del nuevo
gobierno).
Una
forma inmediata de llegar a ellos podría ser el reforzamiento, en
alcance y en dinero, de las pensiones a adultos mayores (política que
fue aplicada en Brasil),
y el de los subsidios a los hogares en pobreza encabezados por mujeres y
con niños menores de 14 años, que es donde se concentran los bolsones
más importantes de pobreza.
*Fuente: Universidad Iberoamericana
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