22 de marzo, Día Mundial del Agua
Ciudad de México.- Cada
año, la sequía afecta a más de mil 200 municipios en México, lo que
representa la pérdida anual de casi un millón y medio de hectáreas de
cultivos en el país.
Por
ello, con el fin de crear conciencia sobre el aprovechamiento del
líquido, y en el marco del Día Mundial del Agua, a conmemorarse el 22 de
marzo, la Universidad Iberoamericana
ha realizado diversas acciones, que van desde las campañas de
sensibilización del consumo de agua potable, hasta la generación de
novedosas tecnologías que atacan el problema de la sequía.
Ibero Campus Verde
A
través de su sistema de manejo ambiental, denominado Ibero Campus
Verde, esta casa de estudios realiza varias estrategias encaminadas a
reducir su impacto ambiental. En cuanto
al consumo de agua, ha logrado disminuir 25 por ciento su uso de agua
potable, con respecto al año 2009, gracias a la implementación de una
planta de tratamiento de aguas residuales, así como un sistema de
recirculación en laboratorios.
Para
lograr esta reducción en el consumo de agua, la Ibero no sólo sustituyó
completamente el mobiliario de sus sanitarios, sino que instaló llaves
ahorradoras y ha impulsado una
iniciativa para adquirir menos botellas de agua, con el objetivo de
reducir la cantidad de residuos de plástico PET, señaló María Fernanda
Sánchez Contreras, del Programa de Medio Ambiente de la Ibero, que busca
generar una cultura ambiental entre la comunidad
universitaria.
Respuestas a la sequía
Por
otra parte, con el fin de contrarrestar el grave problema de sequía que
abate al país, la Universidad Iberoamericana ha propuesto en semestres
recientes innovaciones y mejoras
tecnológicas que podrían contribuir a su solución.
La
primera de ellas fue un hidrogel hecho de grenetina natural y ácido
poliacrílico, capaz de absorber hasta 200 por ciento su peso en agua,
que libera gradualmente el líquido,
y mantiene húmeda la tierra donde se coloca.
El
invento, desarrollado por el ingeniero Rodolfo Estrada Guerrero,
investigador y asesor del Doctorado en Ciencias de la Ingeniería de la
Ibero, ha sido probado en huertas de
limón en San Luis Potosí, logrando resultados satisfactorios y
contribuyendo considerablemente a la reducción del riego, que pasó de
administrarse cada tercer día a sólo una vez por semana.
Biodegradable
y capaz de absorber el rocío de la noche, este gel podría implementarse
con una inversión anual de 800 pesos por árbol, dado que un kilo de
este gel es suficiente
para, por ejemplo, mantener un limonero hidratado a lo largo de 12
meses.
Cabe
decir que este gel tendría uso exclusivo en sembradíos estáticos, pero
no en rotativos, pues el arado de la tierra lo fragmentaría.
Por
otra parte, egresados de la Ibero como Susana Ninio Rojas, ex alumna de
la Licenciatura en Diseño Industrial, han mejorado tecnologías como la
del atrapanieblas, creada originalmente
en Chile con base en bambú y cuerda, en la década de los 70.
Desarrollado a su paso por la Ibero, el atrapanieblas
Cecelic
(frescura, en náhuatl) se trató de una versión mejorada del utilizado
en el desierto de Atacama, Chile, pues se constituía de tuberías de PVC y
un panel de malla raschel de polietileno,
lo que le permitiría ser muy resistente a la intemperie y no degradarse
con el paso del tiempo, a diferencia del diseño original.
Estéticos y de bajo costo, bastarían dos dispositivos
Cecelic en
un área de 1.5 metros cuadrados para proveer agua a una casa
diariamente, o a parcelas completas, si fuesen instalados en serie, ya
que cada uno tendría la capacidad para recaudar
entre seis y 22 litros de agua al día, según la densidad de la neblina.
El
agua dulce, atrapada en forma de neblina y posteriormente condensada y
recaudada por la malla de Cecelic, podría ser útil para riego de
cultivos, estabilización de temperatura,
labores de limpieza, higiene personal, propagación de la flora y, tras
un proceso de filtración, para el consumo humano.
El
uso de tecnologías como el atrapanieblas, cuyo aprovechamiento es casi
nulo en México, sería ideal para zonas desérticas que presenten neblina
más de 250 días del año, tales
como Ensenada, Baja California, o Las Alanzas, Coahuila.
*Fuente: Universidad Iberoamericana (UIA)
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